Índices de gravedad del autismo: ¿Qué son? (Español)
Índices de gravedad del autismo: ¿Qué son?
A lo largo de los años, médicos e investigadores han ideado distintas formas de describir las necesidades de apoyo de las personas con autismo. Por diversas razones, algunos de estos sistemas han dejado de usarse y otros se han incorporado a la cultura popular. Hoy en día, los médicos suelen describir el autismo por niveles de gravedad. Los niveles de gravedad describen el autismo en términos de las necesidades de apoyo de una persona con autismo. A continuación, analizamos la historia de los sistemas de clasificación del autismo y qué son los índices de gravedad.
Historia de la clasificación del autismo
A lo largo de su historia, la psiquiatría moderna ha intentado describir las diferentes formas en que pueden presentarse los trastornos del desarrollo utilizando una variedad de métodos. En un momento dado, varios trastornos del desarrollo que en última instancia se incluirían en el espectro autista se diagnosticaron como trastornos propios. Por ejemplo, el trastorno de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NOS) eran términos diagnósticos diferentes para los trastornos del neurodesarrollo infantil. Sin embargo, en 2013 La Asociación Americana de Psiquiatría revisó el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés), el cual recoge los criterios diagnósticos de los diferentes trastornos psiquiátricos (incluidos los trastornos del neurodesarrollo como el autismo) . En la nueva revisión (el DSM-5), esos términos individuales se eliminaron como etiquetas diagnósticas y ahora todos se consideran como trastornos del espectro autista (TEA).
A lo largo de los años, los médicos han creado diferentes formas de agrupar a las personas con autismo en función de lo extremos que eran sus conductas. Dado que el espectro autista presenta tantas variaciones, la creación de estos grupos tenía por objeto facilitar a los médicos la descripción de las capacidades de cada paciente. Un ejemplo de cómo se agruparon los pacientes fue el autismo de “alto funcionamiento” y “bajo funcionamiento”. En un principio, estos términos pretendían incluir muchos aspectos del autismo de una persona: sus habilidades sociales, lingüísticas y cognitivas, entre otros. Sin embargo, con el tiempo, estos términos dejaron de usarse. En algunos círculos profesionales, el funcionamiento alto o bajo pasó a ser una forma de abreviar la capacidad intelectual de una persona. Además, muchas personas con autismo y sus seres queridos consideraron que los términos eran demasiado amplios y estaban mal definidos para describir con precisión el autismo de una persona. Las personas con autismo tienen muchas fortalezas y debilidades diferentes, y usar esos términos era simplificar demasiado la complejidad del autismo.
Niveles de gravedad según el DSM-5:
Hoy en día, la comunidad médica ha tratado de definir el autismo de acuerdo con el nivel de apoyo que una persona podría necesitar. Algunos consideran que este enfoque es útil porque proporciona información sobre las necesidades de una persona con autismo, pero no intenta describir las fortalezas o debilidades individuales de una persona. El DSM-5 enumera tres niveles de gravedad para las personas con autismo. Esos niveles son:
- Nivel 1: requiere apoyo
- Nivel 2: requiere un apoyo considerable
- Nivel 3: requiere un apoyo muy considerable
Cuando un médico evalúa a una persona con autismo, asignará el nivel de gravedad en función de la capacidad de comunicación social de la persona y las conductas restringidas o repetitivas que realiza.
Las características comunes de cada nivel de gravedad incluyen:
Características clínicas del nivel 1:
- Deficiencias sociales, incluso con apoyo. Por ejemplo: dificultad para iniciar interacciones sociales como una pequeña charla.
- Inflexibilidad en la conducta. Por ejemplo: dificultad para cambiar de actividad.
Características clínicas del nivel 2:
- Déficits en la comunicación verbal y no verbal. Por ejemplo: dificultad para leer las señales sociales.
- Deficiencias sociales, incluso con apoyo. Por ejemplo: inicio limitado de interacciones sociales como charlas triviales.
- Inflexibilidad en la conducta. Por ejemplo: dificultad para afrontar el cambio.
- Las conductas repetitivas interfieren con el funcionamiento diario. Por ejemplo: aleteo de las manos.
Características clínicas del nivel 3:
- Déficits severos en la comunicación verbal y no verbal. Por ejemplo: falta de contacto visual o expresión facial limitada.
- Inicio muy limitado de interacciones sociales. Por ejemplo: no compartir intereses.
- Inflexibilidad en la conducta. Por ejemplo: dificultad extrema para afrontar el cambio.
- Las conductas repetitivas interfieren con el funcionamiento diario. Por ejemplo: interés fijo en objetos inusuales o ecolalia (repetir palabras que acaba de pronunciar otra persona).
*Nota: Un niño con autismo puede ser diagnosticado con una clasificación de gravedad de nivel 1 para la comunicación social y una clasificación de gravedad de nivel 2 para las conductas repetitivas.
Artículo de: Avery Meeks y el Kit de Herramientas para el Autismo
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